Como a la gran mayoría de las empresas les esta afectando la crisis, esa de la que no salimos ni a tiros, pues esa, y como no, a mi empresa ya le llego el turno. Antes del turno estuvo de manualidades recortando plantilla. Los mas nuevos an estado de limpieza en sus puestos de trabajo, con esas cajitas que vemos en las pelis americanas donde meten un par de cuadernos, un marco de fotos, un taco de post-it, la planta de turno y poco mas, pues así estuvieron. Y esta semana llego el turno a los que llevamos casi el tiempo de existencia de la empresa junto con los que llevan mas tiempo que matusalen, algunas veces pienso que ya venían incorporados en el mobiliario, pero eso es otra historia. Los jefes han estado atacados de los nervios, carreras, reuniones, el trabajo tenia que estar impecable, los clientes satisfechos, las quejas tenian que desaparecer, yyy lo mas cojonudo que todo eso con mucho menos de la mitad de la plantilla. Un caos todo... Y me llego el turno a mi, llegue el lunes, monisima de la muerte, había pasado un fin de semana llena de virus flotando a mi alrededor y montando fiesta en mi cuerpo, para que no se me notara mis ojeras, ni mi cara de pocha, me maquille, me puse de punta en blanco, nada mas llegar que ni me dio tiempo de encender el ordenador, me llaman al despacho, querían una reunión conmigo. Imaginaros el panorama, mi jefe que es un hombre con pinta de bonachón pero mas cabrón que yo que se, el jefe de personal grande, muy grande, con esa cara de malas pulgas que lleva siempre, y yo con lo pequeñita que soy, acojonada estaba. Empiezan a explicarme la situación de la empresa y que tenían que hacer recortes, bla bla bla... Así que hoy la que hacia limpieza en su mesa era yo... Soy una mujer parada, madre y esposa, intentando tomarse su nueva situación con una sonrisa y lo mejor posible, me da pena irme de mi trabajo son muchos años en la empresa, trabajando, con mis compañeras y nuestro chico favorito que le teníamos en un pedestal (era el único chico, así que lo teníamos mimado), pero por otra parte, perderé de vista a mi jefe, y a las arpías de sus amiguitas. Disfrutare de este momento. Y ya puedo decir que soy una parada mas.
Un poquito de música para el relax
KM 53
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KM 53
Entre todos los caminos preciosos que la poesía me ha dado, el poder
transformar el dolor en letras ha sido mi mayor regalo. Hoy despido mi
kilóme...
Hace 5 años