Excursion


Desde que nos dieron el nuevo coche no hemos parado ni un segundo, cogemos la mochila, bocats, agua fresca, algo para picotear, la camara de fotos, y dinero para llenar el deposito, nos montamos en el coche y hasta donde lleguemos. No necesitamos nada mas, bueno si buena musica. No necesitamos ni gps, ni mapas, ni nada de nada, nuestra intuicion es quien nos guia.


Este fin de semana cogimos el coche camino a ninguna parte, o como bromeábamos camino a Moria. tras unas cuantas horas de camino, no se cuantas paradas, no se cuantos pueblos visitados, llegamos a un lugar precioso, un pequeño pueblo, perdido entre las montañas a primera vista no tenia nada de interesante, como otros tantos que dejamos atrás, pero que aun así nos parábamos a verlo. El bosque estaba a la derecha, las cincuenta casas a la izquierda, decidimos adentrarnos un poco, empezamos a caminar, la energía fluía velozmente, mis pulmones se llenaban de aire puro, cosa que en la ciudad es imposible, seguimos caminando un rato, hasta que de repente me fui de bruces contra el suelo, me había tropezado con algo. me hice daño en el pie, en la muñeca y me lleve un par de rasponazos. sentada en el suelo, llena de barro ya que estuvo casi todo el finde lloviendo, mire con que me había tropezado y cuando lo vi no podía parar de reírme. Allí estaba, esperando pacientemente a que alguien lo encontrara, cuanto tiempo llevaría allí? eso solo lo sabría el, brillaba, relucía, era esplendoroso. Algunas zonas eran blancas como la leche, otras tan cristalinas que veías con toda claridad lo que intentaba esconder. No era pequeño, pero tampoco grande, un tamaño adecuado. Estaba un poco enterrado pero no demasiado, solo un poco la base. allí estaba ese cuarzo, con sus puntas, algunas grandes otras pequeñas. Lo cogimos, y miamos alrededor, queríamos saber de donde venia ese gran tesoro. No encontramos nada.


Estuvimos un rato mirando y al no ver nada regresamos al coche, me cambie el pantalón, con lo patosa que soy yo sabia que algo así podría pasarme. Nos montamos y nos fuimos triunfantes con nuestro tesoro. Ahora lo malo o lo bueno según como se mire, no recordamos donde nos paramos, ni el nombre del pueblo, ni como llegar, no recordamos nada. Parece ser que nos estaba esperando. Al llegar a casa lo limpie y lo coloque en el salón. Es increíble lo que la naturaleza es capaz de hacer.

2 Me susurraron:

A saber cuanto tiempo llevaba esperandote...
Besos guapa.

 

Si eso parece, estaba esperandome.
Besazo enorme guapa

 

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